24 de diciembre de 2008

Trayectoria errática o la búsqueda del movimiento



Con gran éxito, la joven pintora colombiana, Manuela Calleguerrero, expuso parte de su obra en Ciudad de México.
Manuela ilustró el libro de poemas Amazonía entre Sombras de Fabiola Calvo

Trayectoria errática es el término que se refiere a la huella que deja un cuerpo al realizar un movimiento no controlado. Es el concepto más usado para describir el recorrido de los huracanes, la infinidad de fenómenos que se confabulan para formarlo, y cómo éste, sin destino predeterminado, se mueve impulsado por elementos sorpresivos, muchas veces imponderables, que encuentra en un camino que no controla, pero que inexorablemente lo lleva al norte: errático al tener un destino tan ambiguo, errático al estar determinado por elementos que le son ajenos, llenándolo de azar.

También podemos hablar de trayectoria errática cuando describimos las evoluciones de un jugador en la cancha: aunque tiene un objetivo y sabe cuál es la meta, nunca tiene un lugar fijo, se mueve improvisando destinos temporales, reacciona ante lo imprevisible y por eso sus movimientos son imprevisibles para él mismo.

Es por esto que éste concepto, Trayectoria errática, nos acerca al proceso creativo de Manuela Calleguerrero, resaltando el acontecimiento pictórico que atraviesa en la creación de cada una de sus piezas.
Una fusión fondo-figura, así como una reinterpretación libre del color, nos muestra un replanteamiento de la imagen misma, en donde ésta es asimilada por la artista y representada en un goce de color y de forma, reinventado un movimiento que reconoce la trayectoria errática que lo compone.

El movimiento de los deportistas en la obra de Calleguerrero se convierte en el eje de un proceso transdisciplinario por medio de la fusión entre la fotografía, la gráfica digital, y finalmente convirtiéndose a la pintura.
Margarita Posada
Iván Granados Hay

2 de octubre de 2008

Una estrella para Antonia

Continuación...

Al día siguiente la tía se marchó pero pasados unos meses regresó nuevamente del lejano país de los olivos encantados, de la tierra por donde caminó un hombre con una lanza buscando una utopía. Era domingo, pero no era un domingo cualquiera. La tía estaba en casa del abuelo que se paseaba de punta a punta por el viejo caserón de paredes rosadas y columnas de madera y la abuela seguía regando plantas.
La alegría de Antonia deambulaba por la casa y mientras tanto, su madre y la tía, sentadas en la amplia sala de la casa de paredes rosadas, conversaban y se ponían al día de los últimos acontecimientos de sus vidas.
Oscureció y desde el patio entraba la fragancia de las flores y el viento fresco que se colaba por las puertas y llegaba a un patio interior -patio que interrumpía la continuidad entre la plataforma central donde el abuelo se sentaba a leer- y el comedor de la vieja casona de paredes rosadas y columnas de madera.
Un llamado insistente de Antonia interrumpió la conversación de las dos mujeres.
-Tía, tía hay estrellas.
Por un momento, tía Linda deseó continuar la charla pero el tono de Antonia subió con agudeza para expresar su insistencia y obligó a la tía a pararse de la amplia sala de la casa de paredes rosadas y columnas de madera.
Antonia quería bajar otra estrella. La tía le recordó que ya tenía una, pero el rostro de Antonia se descompuso, hizo pucheros e intentó llorar. Tía Linda la tomó de la mano y le explicó que una estrella era suficiente, entonces, Antonia dejó caer unas lágrimas y movió su cabeza con sus negros rizos queriendo decir no, hasta que pudo pronunciar una frase, “tía, ya no tengo estrella, se me perdió”.
Con sus palabras entrecortadas, Antonia contó a la tía que una tarde, mientras juagaba con su hermana Juana, guardó en el bolsillo varios papelitos con dibujos que quería entregar a su madre, unas flores que cogió del suelo del jardín de la abuela y dos figuras de plastilina.
Interrumpió el juego y sacó los papeles y fue cuando se cayó su estrella.
La madre recordó que ese día lloró pero nadie pudo entender ese dolor y ese llanto pero de nuevo estaba la tía Linda y, Antonia comprendió que podía tener de nuevo su estrella porque su corazón le dijo que la estrella se había regresado, pero ahora estaba segura, su tía se lo confirmó.
Este domingo, nuevamente estaba la tía, y su hermana Juana también quería una estrella.
Bajaron una para cada una y para que no se cayera de nuevo, la tía Linda se las pegó con una sustancia de ilusiones que las haría invisibles para quien estuviese frente a ellas. Serían estrellas solo para ellas y nadie más.
Juana y Antonia estaban con la emoción desbordada hasta que de nuevo en la sala, se tranquilizaron.
Antonia sintió sueño y cogió entre sus manos su pequeña manta y fue nuevamente al patio a mirar las estrellas y la redonda luna. Regresó al lugar donde se encontraba la tía en la vieja casona de paredes rosadas y columnas de madera. Estaba llorando porque las estrellas ya no estaban.
De la mano, las dos regresaron al patio de fragantes flores. Tenía razón Antonia, no se veía ni una estrella ni la luna. Empezó a cantar “estrellita dónde estás, estrellita dónde estás…”
Apareció su madre y la tomó en brazos. La tía Linda pidió a la niña que mirase al cielo y le preguntó a Antonia:
-¿Qué ves?
-Nada. –dijo Antonia.
-Mira bien, -insistió la tía-.
-Estáaaa oscuuuuro tía, está oscuro, -dijo triste Atonia.
-Antonia –dijo la tía- las nubes vieron a las estrellas con sueño y decidieron darles abrigo.
-Y ¿La luna, dónde está? preguntó la niña.
-Sirviendo de lámpara a las estrellas debajo de las nubes para que, si alguna despierta no se caiga medio-dormida, -dijo con mucha seguridad tía Linda.
Antonia cogió una punta de su manta con fuerza, miró con dulzura a la tía, sonrió, se recostó en el hombro de su madre y se quedó dormida

9 de agosto de 2008

Una estrella para Antonia*

Antonia, gracias por permitirme
escribir este cuento y, gracias por
tener a tu estrella en un profundo
sueño, en su descanso. La estrella,
tu estrella, siempre estará contigo.
La tía Fabiola

La abuela corría de un lado para otro recogiendo agua en una olleta para regar las plantas y el abuelo parecía desprogramado caminando de una esquina a otra en el viejo caserón de paredes rosadas y columnas de madera.
Antonia saltaba junto a su hermana Juana mientras mantenía en sus manos un peluche al que no le quedaba ni una pizca de lana y parecía más un gallo desplumado que un conejo y del que decía “ya no le queda nada”.
Antonia sentía mariposas con el anuncio de la visita de la tía Linda. Siempre la recordaba cuando veía una estrella o tomaba debajo de su brazo el libro de cuentos. Un duendecillo le decía que la cercanía entre ambas era muy grande. ¿Sería la inmensidad de la bóveda estrellada? ¿Sería ese aparecer y desparecer de la tía? Era demasiado pequeña para entenderlo, comprenderlo y saberlo pero no para sentirlo.
También le recordaba a la tía, esa muñeca de trapo que podía sentar, enseñarle a caminar y contarle historias, sobre todo cuando se enfadaba con su madre, su padre o sencillamente quería alejarse de su pequeño pero gran mundo.
Antonia, puso nombre a su muñeca, a su amiga, la llamó Sueño por aquello de ver a su tía después de que regresase de un largo viaje, como si se cumpliera el deseo que ella tuvo mientras dormía.
Pero todos esos recuerdos juntos, no sumaban el regalo más grande que recibió de la tía Linda. Juntas, en el patio de la casona del viejo pueblo de calles anchas y sofocantes calores, juntas sintieron la fragancia de las flores, y que eran tantas tantas, que se confundían los olores.
Tía Linda tomó de la mano a Antonia y le pidió mirar al cielo.
-Tía, muchas, muchas estrellas, dijo emocionada Antonia.
-¿Quieres una? Preguntó tía Linda.
-¡Sisisisisisi! Respondió la voz infantil, que con ingenuidad pregunto: ¿Puedes hacerlo, tía?
-Míralas todas y escoge una, dijo con serenidad y certeza tía Linda.
-Aquella, aquella tía. Mírala, está allí –dijo Antonia señalando hacia arriba.
-Cógela, es tuya –afirmó la tía-. Si es tuya, sólo tú puedes cogerla.
Antonia soltó su mano derecha de la mano de tía Linda y con lentitud la estiró en dirección al cielo. Alargó la otra mano y despacio muy despacio junto las manos y cogió la estrella. Con gracia, dobló los codos y sin mover ni uno solo de sus dedos, fijó sus grandes ojos negros en la tía y arrastrando las palabras dijo, “tía, se me va a caer”.
Con mesura la tía llevó las manos de Antonia a uno de los bolsillos del pantalón de la niña y le dijo que guardándola allí podría sacarla y mirarla cuantas veces quisiera.

*Continúa

29 de mayo de 2008

Los Calvo Ocampo: una historia de sueños y dolor.

Diario La Tarde

Las historias de familia son también el registro de la historia del país. La cultura, el crecimiento económico, la superación, los dolores de la violencia y el desarrollo político de una región o una nación están escritos con historias de vida. Un ejemplo de ello es la familia Calvo Ocampo, que tiene sus raíces en el Eje Cafetero, especialmente en Pereira y Cartago. Su álbum de familia guarda los sueños de más de una generación soñadora que no renuncia, las cicatrices de la violencia que no cesa en perseguirlos, la sonrisa alegre de los festejos, las fotos de los triunfos de los que todo lo han superado; y sobre todo, el testimonio de la palabra, esa que al fin de cuentas, ha sido la principal arma con la que han buscado sus ideales. Como si hubiera sido poco, de nuevo en estos días de mayo, la mano asesina se ensaña contra ellos. Como muchas otras, los Calvo Ocampo merecen un lugar en la historia.

El más carismático, alegre, amiguero y también bohemio de los hermanos, Oscar William Calvo Ocampo, como muchos intelectuales, profesionales y dirigentes de hoy, desplegó su inteligencia y su rebeldía juvenil en las ideas del marxismo-leninismo. Muy joven formó parte del comité central del Partido Comunista M-L, brazo político clandestino del EPL. En los diálogos de paz durante el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), fue designado como vocero público del EPL, brillando en el escenario político nacional como el primer dirigente de la izquierda marxista en Colombia que propuso la Asamblea Nacional Constituyente como el escenario propicio para un gran pacto de Paz. Su brillo intelectual y su futuro político eran equiparables al de Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro Leongomez; con ellos dos conformaba un trío de adalides de la izquierda colombiana que arriesgaron todo porque la lucha política se desligara de la “combinación de todas las formas de lucha”. No más rota la tregua en ese proceso, la máquina de la muerte operó para quitarle la vida en una céntrica calle de Bogotá el 20 de noviembre de 1985. Se segó una brillante carrera política y una oportunidad para la paz. Estos asesinatos no cambiaron el rumbo, los miembros del EPL y su brazo político, transitaron de la lucha armada a la lucha política democrática, incorporándose al proceso político de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.

En la Colombia de la tenaza excluyente del Frente Nacional y del Estado de Sitio permanente, Jairo de Jesús Calvo Ocampo, encarriló su inteligencia y compromiso social también en las ideas del marxismo-leninismo y como muchos jóvenes latinoamericanos de la época, optó por la lucha guerrillera. Fue conocido como el comandante “Ernesto Rojas”, máximo dirigente del EPL (Ejército Popular de Liberación). Su vida como militante revolucionario fue integra, ajustada ética y moralmente al idealismo socialista de los años setenta, sin las manchas de narcotráfico o actos de terrorismo. En los años ochenta, cuando lideraba en su organización una tendencia por una salida de paz, el abandono de la lucha armada y una apuesta a fondo para que las ideas socialistas se defendieran sólo mediante una acción política civil y democrática, fue detenido, torturado y asesinado cuando pretendía acudir, desarmado y sin guardas de seguridad, a una cita en el sur de Bogotá el 15 de febrero de 1987.

Héctor Calvo Ocampo nunca se involucró en las aventuras idealistas de sus hermanos revolucionarios. Apartado de todo asunto político, se dedicó al comercio en la ciudad de Cartago, a donde fue a buscarlo la máquina de la muerte. La ceguera contrainsurgente no le perdonó sus vínculos de sangre que lo hacían sospechoso de rebelión y le aplicó la pena de muerte en un restaurante de Cartago el 4 de enero de 1986. Por poco, ese día también asesinan a una de sus hermanas que por fortuna sólo salió herida.

Fabiola Calvo Ocampo, licenciada en educación de la UTP, periodista y escritora, salvó su vida y la de su esposo e hijos, por la tortuosa ruta del refugio político en Europa. Una foto de su autoría, publicada en primera página por el diario LA TARDE, fue clave para demostrar que la policía si utilizó armas de fuego para reprimir una protesta cívica en el municipio de La Virginia en los años ochenta. Su brillo intelectual, su lucha por la sobrevivencia y su compromiso con la justicia prosiguieron su maduración en la civilidad europea, en donde fue reconocida con premio de periodismo por el Parlamento Europeo en 2007, gracias a sus trabajos a favor de las causas del feminismo y los inmigrantes.

Ahora, en mayo de 2008, la mano asesina de la intolerancia al servicio de intereses oscuros, vuelve a traer el dolor a los Calvo Ocampo. En la noche del viernes 16 de mayo, sicarios asesinaron a Andrés Felipe Llano Calvo al salir de su trabajo en Carrefour –Cartago. Era líder comunitario de la fundación “Amor Cívico por Cartago” y miembro del Partido Polo Democrático. También había publicado cuentos y poemas a su ciudad natal. Su único antecedente, según revela el diario El PAIS, fueron las denuncias públicas que sostenía en medios de comunicación contra políticos de la ciudad, aparentemente ligados a capos del narcotráfico. Había hecho públicas las amenazas contra su vida, pero la “seguridad democrática” fue incapaz de brindarle protección.

Aunque corro el riesgo de que en el actual escenario de insensata polarización se distorsionen los contextos que recuerdo en esta columna, expreso mi pública solidaridad a la familia Calvo Ocampo por este nuevo hecho de luto y dolor. Lo hago porque a pesar del drama que los persigue por décadas, no hay en los que sobreviven sentimientos de venganza o rencor. Por el contrario, mantienen un corazón abierto, esperanzador; en pie de lucha sí, pero en la reglas de la democracia y la civilidad. Y, dándole aliento a toda la descendencia, está una mujer, aunque invisible para muchos, ejemplarmente fuerte frente al dolor: la madre y abuela Pastora Ocampo. Una frágil figura de mujer madura, que irradia valor, esperanza y reconciliación.

Germán Toro Zuluaga

Mayo de 2008.
German.toro@almamater.edu.co

16 de abril de 2008

Desperté optimista

Todos los días debo reinventar el quehacer cotidiano y hoy no es un día diferente. Me lo tomaré con calma y alegría, aún queda algo de dinero desde que tuve el último trabajo remunerado. Ahora espero un contrato, no importa para cuándo, esos son asuntos de la administración y no míos. El dinero se reproduce en monedas y mientras tanto continúa la posibilidad de seguir siendo “independiente”.

Llamaré a Luis para que tomemos un tinto en uno de esos atractivos cafés que abundan en la capital de la República de Colombia. Dije República, si claro, y así reza en la Constitución, no importa que mi colega José diga que nos gobierna un Emperador. Ahora quiero pensar en mi calientito y delicioso café mientras veo pasearse o correr a los estudiantes, intento leer el único periódico que tenemos en circulación nacional (y no es Granma y creo que tampoco se llama Iskra ni Pravda).

Luego del café, me daré un paseo por esos callejones, buscaré dos libros que me interesa leer, uno sobre el exilio de Edward Said y Senderos de María Zambrano. Creo que en la nueva librería de la calle 11 puedo encontrarlos.

Luis no responde el teléfono, es posible que se encuentre reporteando, en alguna entrevista o de viaje. Mientras espero, abro internet y encuentro que la Federación de Periodistas, denunció la desaparición de un colega, una Fundación denunció que en plena reunión, entraron no se sabe quienes y se llevaron un computador y una USB. ¿Para qué? Y desde Inzá, por allá cerca del Nevado del Huila, en Tierradentro, la educadora Lola Morales denunció las amenazas de que es objeto y en Oaxaca México asesinaron a Teresa Bautista y a Felícitas Martínez, dos jóvenes periodistas.
Aunque Luis no responda el teléfono, me tomaré el café, buscaré los libros, escribiré un artículo, pero el optimismo se me fue a la mierda. Mañana será otro día o más tarde alguien invitará a una rumba. ¡Ah! y aunque no quiera, tendré que pasar por la que fuese la casa de la joven heroína Policarpa Salavarrieta. ¿Alguien la recuerda? Bueno, la casa está como su recuerdo y conocimiento. La memoria…¿La… qué? Para el Psicoanálisis está en el inconsciente. Y ¿Quién la saca?

Desde arriba dicen que es mejor dejar los demonios tranquilos.



4 de marzo de 2008

I Concurso Internacional sobre Periodismo y Género: “La violencia contra la mujer: una violación de los derechos humanos”

Organizan Proyecto CEDAW Argentina- IIDH, Asociación Civil Artemisa Comunicación, y el Área de Género y Derechos Humanos de las Mujeres del Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de la Plata, Argentina

El Proyecto CEDAW Argentina del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, la Asociación Civil Artemisa Comunicación, y el Área de Género y Derechos Humanos de las Mujeres del Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de la Plata, lanzan el “I Concurso Internacional sobre Periodismo y Género”, destinado a periodistas y estudiantes avanzados de la carrera de periodismo, de América Latina y el Caribe.

Objetivo
El certamen busca promover la labor periodística dirigida a temas que sensibilicen a la población en materia de derechos humanos de las mujeres, con el objetivo de contribuir a la generación de una conciencia pública sobre la necesidad de proteger y difundir estos derechos.
En esta primera edición el tema guía es “La violencia contra la mujer: una violación de los derechos humanos”; el enfoque de la temática general debe contener como eje interno la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, de Naciones Unidas, y su Protocolo Facultativo, marco legal necesario para la defensa, promoción y protección de los derechos humanos de las mujeres.
Concursantes:

Podrán participar del Concurso trabajadores y trabajadoras que desempeñen funciones periodísticas en medios de comunicación de América Latina y el Caribe, ya sea en relación de dependencia o en calidad de free lance, permanente u ocasional.

También podrán participar personas graduadas de carreras terciarias y/o universitarias de periodismo, y estudiantes que se encuentren cursando el último año de dichas carreras.

No podrán participar del presente concurso quienes, cumpliendo con lo establecido precedentemente, pertenezcan a las entidades organizadoras.


Acreditación

La condición de periodista se acreditará mediante certificación oficial emitida por autoridad pertinente del medio donde se desempeñen funciones, o bien mediante copia de la credencial profesional.

En los casos en que no se pudiere cumplir con lo señalado en el párrafo anterior, bastará certificar la condición aportando como testimonio tres trabajos periodísticos publicados en el último año.

La condición de estudiante avanzada/o en periodismo se acreditará adjuntando copia del certificado analítico emitido por la institución académica correspondiente.


Características de los trabajos periodísticos para concursar:

Las personas postulantes deberán abordar la temática en soporte gráfico, encontrándose a libre elección el género a emplear; en todos los casos deberá tratarse de una producción inédita.

Los trabajos gráficos deberán tener un máximo de 8000 caracteres, procesados en formato word, letra Times New Román, tamaño 12, espaciados intermedio, impreso en hoja A4 (210 x 297 mm) a un solo lado; los anexos, cuadros, gráficos explicativos no se contabilizarán a los efectos del máximo arriba señalado.

Se establece como requisito de evaluación que los trabajos periodísticos presentados utilicen lenguaje género sensitivo.


Premios

La persona autora del trabajo seleccionado en primer término recibirá de premio la suma de $ 500 pesos argentinos, media beca para cursar la Maestría en Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, y un Diploma de Honor.

Quienes resulten autores o autoras de los trabajos seleccionados en segundo y tercer lugar recibirán un premio consistente en la suma de $ 300 pesos argentinos, y $ 200 pesos argentinos, respectivamente, y un Diploma de Honor.

Los trabajos ganadores serán publicados en el sitios web de Artemisa Comunicación (www.artemisanoticias.com.ar), de la sección especializada de derechos humanos de las mujeres del IIDH (www.iidh.ed.cr/comunidades/DerechosMujer/), y del Instituto de Derechos Humanos de las Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (www.derechoshumanos.unlp.edu.ar), con indicación de los créditos pertinentes.

El concurso podrá ser declarado desierto y el fallo del Jurado será inapelable.


Jurado

El Jurado estará integrado por profesionales del periodismo y especialistas en la temática de derechos humanos de las mujeres con reconocida trayectoria en el campo laboral y/o académico.

Cierre del concurso:

Los trabajos a concursar serán recibidos hasta las 18 horas del día 30 de abril de 2008 en la sede del Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, ubicada en calle 48 e/ 6 y 7 n° 582, 3 piso, La Plata, CP 1900.

Presentación

El trabajo tendrá que ser presentado en sobre cerrado antes de producido el vencimiento previsto para tal fin, ya sea en forma personal o remitido vía postal y además una copia del trabajo deberá ser enviado vía mail a cedawargentina@iidh.ed.cr y info@artemisanoticias.com.ar, con copia a derechoshumanos@jursoc.unlp.edu.ar

Asimismo, antes del envío de las producciones, se solicita enviar a los correos antes detallados un mail con los siguientes datos: nombre y apellido, edad, domicilio, nacionalidad, y teléfono de contacto.

Los sobres deberán contener original y cuatro copias del trabajo - una de ellas en CD- el que deberá estar identificado sólo mediante seudónimo. Adicionalmente, deberá adjuntarse la pertinente referencia de autoría: nombre y apellido, edad, domicilio, nacionalidad, y teléfono de contacto; junto a la documentación que acredite el cumplimiento de las condiciones establecidas para ser concursante.

La fecha y horario límite, para los casos de envío postal, se tomará a los efectos del despacho de la documentación, y no de la efectiva recepción en el Instituto, procurando así respetar la plena igualdad en la disponibilidad de tiempo entre todas las personas participantes. En estos casos resultará imprescindible la constancia mediante sello oficial de correo de día y horario de despacho.

Aceptación

La sola presentación de las obras implica el conocimiento y aceptación de las presentes bases, autorizándose a las entidades organizadoras del presente certamen a difundir los trabajos e identidades, en los medios y formas que se consideren convenientes sin derecho a compensación alguna.

La organización y el jurado se reservan el derecho a resolver en base a la buena fe cualquier aspecto no previsto en las presentes bases.

Consultas

Por cualquier consulta dirigirse vía electrónica a cedawargentina@iidh.ed.cr y info@artemisanoticias.com.ar, con copia a derechoshumanos@jursoc.unlp.edu.ar

4 de febrero de 2008

Colombia: fosas y más fosas de los paramilitares

La laguna y las montañas de tres barrios de Cazucá, junto a Soacha, una ciudad-dormitorio del Sur de Bogotá, son los lugares donde la desarticulada banda de 'Tomasito', un capo paramilitar, escondía los cuerpos de sus víctimas, no menos de 100 asesinatos.
Según los habitantes del sector, hay cuerpos enterrados por toda la zona. La gente estaba callada, pero tras la captura de los 'paracos' familias de Casaloma primer sector, La Capilla y El Oasis han comenzado a hablar sobre sus parientes desaparecidos, enterrados en el monte o lanzados a una laguna llamada 'El lago'.Un mujer que debió abandonar su casa el año pasado, después del asesinato de su esposo, contó: "Él tenía 35 años. El 16 de octubre del 2006, a las 10 de la noche, llegaron dos hombres y una mujer enviados por 'Tomasito' para asesinarlo".Después de golpearlos, incluso a su hija de 13 años, sacaron al hombre de la casa y le recriminaron que no estaba pagando la 'vacuna'."Nos pedían una cuota alta y no la podíamos pagar y por eso nos buscaron. Cuando lo sacaron escuché los tiros y sus lamentos. No podía salir porque me tenían adentro amenazada. Escuché que lo botaron al lago y cuando se iban a ir alcancé a ver las linternas allá cerca..., él está ahí en la laguna", asegura la mujer. Dice que nunca denunció los hechos porque le dijeron que si lo hacía le pasaba lo mismo o a su hija. Dos días después se fue del barrio y dejó abandonada su casa.Hace dos años y medio, Fredy Tovar Rodríguez, alias 'Tomasito', sacó de su casa a una joven de 16 años que estaba haciendo el bachillerato y después de matarla la lanzó al lago. Su caso tampoco fue denunciado por miedo a las represalias.Un hombre que también pidió la reserva de su nombre contó que dos de sus primos podrían estar enterrados. Otra persona habló de la desaparición de su hermano de 37 años, un vigilante que trabajaba en Bogotá. "El 9 de febrero del 2006 llegaron tres tipos al mando de 'Tomasito' y esperaron a que saliera de la casa a las 4 de la mañana, cuando él se iba a cumplir el turno. Cuando lo vieron le dijeron que los acompañara, que le tenían una mejor oferta de trabajo. Lo único que sé es que lo llevaron hasta la parte de abajo en el lago. Hasta ahora no he tenido conocimiento de si está con vida o no", afirma.Uno de los antiguos integrantes de la banda y quien fue detenido por la Sijín (policía judicial) de Soacha, contó que sí enterraron a varias de sus víctimas en el sector: "Yo digo que donde vayan a hacer una búsqueda en esa loma los encuentran. También unos fusiles que tenían. Ellos me decían de eso, pero nunca supe en qué parte".
El Comandante de la Policía de Soacha anunció que seguirán con las investigaciones porque desaparecieron muchas personas y se cree que sí hay fosas comunes.La búsqueda será difícil, pues versiones indican que algunas víctimas fueron lanzadas a las alcantarillas.

Años de terror por 'Tomasito'

Fredy Tovar Rodríguez, alias 'Tomasito', sembró horror en el sur de Bogotá. Desde el 2004 , cuando llegó a altos de Cazucá, dijo que era líder de las autodefensas.Cometió asesinatos, extorsiones, desplazó a familias enteras y tenía amenazados a los habitantes de Casaloma primer sector, La Capilla y El Oasis, entre otros barrios de la localidad de Soacha. Este hombre fue capturado el pasado 5 de octubre y actualmente está en una cárcel de Boyacá.Su detención causó una división entre los hombres a su mando y eso ayudó a que la Sijín de Soacha y la Policía de Cundinamarca los fuera capturando.
El pasado 15 de enero terminó un operativo masivo, con el que fue desarticulada la banda .
Huye la banda de ex-militares de 'Don Diego'Diego Montoya cayó el 10 de septiembre pasadoy desde entonces sus hombres pasaron a la clandestinidad. 'Don Diego', un alto capo del narcotráfico relacionado con el paramilitarismo y a quien se trata también de relacionar con la masacre de Jamundí, en mayo de 2006, perpetrada por el ejército que atacó una patrulla policial que actuaba contra el narcotráfico.
Así tras la caída, hace unos días de 'Cazador 6', se produjo la desbandada del grupo. En una semana se han entregado 56 integrantes, la mayoría de origen antioqueño y ex soldados.'Cazador 6', cuya verdadera identidad es Gilberto Carmona, conocido también como 'Míster', tenía mando sobre 160 hombres de seis 'compañías' que cuidaban cultivos de coca o palma y repelían a otros 'narcos', 'paras' o guerrilleros.Las autoridades investigan versiones según las cuales castigaba con muerte y descuartizamiento a quienes querían desertar o no cumplían tareas. Carmona, de 29 años, de Bello (Antioquia), quien le decía 'Federico' a su revólver y 'Rintín' a su cuchillo, quedó detenido por concierto para delinquir y porte ilegal de armas. El día de su captura en la finca La Zulia de Versalles (Valle) se entregaron nueve hombres. Dos días después hicieron lo mismo cinco más.El sábado fueron otros 42 y tenían todo u arsenal. Llevaban 156 granadas, 69 fusiles, 2 ametralladoras, 3 morteros y 28.115 proyectiles. Los que desertaron y se acogieron a las medidas de gracia del gobierno dicen que los contrataron para cuidar fincas. Muchos jóvenes del departamento del Norte del Valle murieron en el pasado en esas filas.En la región continúan activos otros grupos como 'Los Machos' y 'Los Rastrojos' .
(Fuentes: El Tiempo-Bogotá, APIA-Radio Café Estereo y Agencia IPS)

Publicado por pepitorias