27 de diciembre de 2007

Mujeres asesinadas

Por Alberto Aguirre

“El secretario de Gobierno declaró que se investiga si la mujer era una trabajadora sexual de la 33”. Hablaba de la décima tercera mujer asesinada, en noviembre. ¿Por qué el secretario sospechó que la víctima era una puta? Porque era mujer y porque había sido asesinada.
Pero no se le ocurrió sospechar que fuese bacterióloga o licenciada en letras o violinista o trapeadora. El simple hecho de ser mujer y de aparecer en la calle su cuerpo mútilo la marca como puta; o digamos “trabajadora sexual”, ese eufemismo que se inventaron para disimular la condición infame de ese oficio. Y para escudar la propia culpa de un orden vil donde la mujer no encuentra trabajo y donde le escamotean su misma dignidad. “Trabajadora sexual”, como si tal humillación del ser pudiera calificarse de “trabajo”; y como si con el sexo se pudiera trabajar. Le entregan unos pesos para lavar la propia conciencia. Y para tapar su culpa inventa la sociedad eso de “trabajadora sexual” en vez de puta. Cambiando la voz no cambia la infamia. Lo que se establece una vez más es que el cadáver de una mujer que ha padecido violencia nunca es cadáver impoluto; la mujer, desde el inicio, carga con la culpa de haber sido asesinada.

El 1º de noviembre fue asesinada Nancy Ester Zapata Orozco en un hangar del aeropuerto Olaya Herrera. De inmediato, como por un automatismo, el comandante de la Policía Metropolitana, general Pedreros, atribuyó el hecho “a un ajuste de cuentas por asuntos de narcotráfico” (El Mundo, 19 de noviembre). ¿Se había hecho siquiera un principio de investigación? Nada de nada; ni una brizna. ¿Para qué? ¿No ve que la muerta era una mujer? Si es mujer y aparece muerta, suya es la culpa. De ella; no del asesino. Y le acomodan el narcotráfico porque en ese sitio –el Olaya– reina el narcotráfico. La familia establece que Nancy Patricia “era una mujer temerosa de Dios, que desde hacía 15 años le había entregado su vida a Cristo”. Era miembro de una Iglesia Cristiana, y se aprestaba en esos día para ir, con sus fieles, a unos ejercicios espirituales en La Ceja. Tenía 45 años. No tenía casi amigos, nunca había sido rumbera, hacía 20 años trabajaba en el Olaya en un almacén para repuestos de avión, era cumplida, se preocupaba por una deuda contraída para adquirir casa de habitación para ella y su familia. Hubiera sido descabellado tratar de “trabajadora sexual” a mujer de semejante pulcritud. Pero era mujer y fue muerta: alguna culpa tenía. Búsquenle por otro lado. Si es mujer y fue muerta violentamente, no lo dude: ella tiene la culpa. O en ella se origina la acción del asesino, no en el asesino mismo. En los últimos días fueron asesinadas en Medellín y en el Área Metropolitana 18 mujeres (El Espectador, 25 de noviembre). Y casualmente este domingo 25 se celebró el Día de la no Violencia contra la Mujer, y casualmente este día, según titular de El Colombiano (26 de noviembre): “Asesinaron a otra mujer en Castilla”: Yéssica Jazmín Echavarría, de 18 años. El decurso de este asesinato revela la impotencia del Estado, o su indolencia, para proteger a la mujer: la balearon dos hombres motorizados cuando se encontraba cerca a su casa, en el noroccidente de la ciudad. “Amigos de Yéssica contaron que había sido amenazada días antes por un ex novio”. Pidió protección pero no se la dieron. Al velorio asistió el presunto autor intelectual, con todo cinismo y plena impunidad. Amigos de la víctima, al reconocerlo, lo persiguieron y le dieron dos puñaladas, pero logró huir. “Posteriormente, amigos de éste acudieron al velorio y amenazaron de nuevo a la familia”. Finalmente: “La mujer fue sepultada con la protección de la policía en el cementerio de San Pedro”. ¿Por qué no la protegieron cuando estaba viva? Cuenta el subcomandante de la Policía, coronel Rodríguez, que el presunto asesino, dados los varios indicios y las varias denuncias, fue capturado y entregado a un fiscal. “Pero recuperó la libertad por no haber sido capturado en flagrancia”. Otra culpa de la mujer: no llevar policía a su propio asesinato. ¿Se había hecho siquiera un principio de investigación? Nada de nada; ni una brizna. ¿Para qué? ¿No ve que la muerta era una mujer? Si es mujer y aparece muerta, suya es la culpa. De ella; no del asesino.

COPYRIGHT © 2007 Revista Cromos

28 de septiembre de 2007

El II Encuentro de la Red Internacional de Periodistas se hará en Asturias

Por F. M.
En noviembre se hará en España el II Encuentro Internacional de Periodistas con visión de Género con más de cien participantes de todo el mundo. Durante tres días, esto que se ha dado en llamar la “Internacional no sexista” discutirá entre otros aspectos el modo de construir sociedades equitativas.
El encuentro está organizado por la Red Internacional de Mujeres Periodistas y Comunicadoras - Red Internacional de Periodistas con Visión de Género. Como se anticipó en el I Encuentro Internacional de Periodistas con Visión de Género realizado en México a fines de 2005, el segundo capítulo de esta historia se abrirá el próximo 16 de noviembre en la ciudad de Oviedo de Asturias para “fortalecer a la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género con el propósito de sumar esfuerzos para construir un periodismo no sexista y contribuir con ello a la construcción de sociedades equitativas”, según señaló el comité organizador.Durante los tres días de encuentro, en las instalaciones del Seminario de Oviedo se escucharán ponencias sobre “Tratamiento informativo de la pornografía y malos tratos en la infancia y en la adolescencia”; “Las redes de periodistas cómo garantes de la pluralidad y la libertad de expresión” y “Monitoreo de Medios y la Mujeres en la Política de México”. Además, habrá trabajo en grupos, debates y mesas redondas, y por último la coordinación de un plan de acción. También se proyectará un documental sobre prostitución en Camboya, y se expondrán diversos materiales textuales y fotográficos.Por qué AsturiasLa elección del lugar geográfico se realizó teniendo en cuenta la facilidad al acceso de recursos del viejo continente, y bajo la premisa de convocar a una mayor cantidad de periodistas de la Unión Europea. El evento cuenta con el patrocinio de la Consejería de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno del Principado de Asturias, del Ayuntamiento de Oviedo y de la Caja de Ahorros de Asturias, cuyo apoyo económico financiará a las participantes durante su estadía. Estas instituciones también se hicieron cargo de la financiación de un viaje por cada país participante, y la posibilidad de cubrir los gastos de alojamiento de, al menos, 5 personas por país.Hasta el momento los países que confirmaron su participación son Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Honduras, Italia, Nicaragua, México, Panamá, Perú, Santo Domingo, Suecia, Uruguay, Venezuela y España con profesionales de Asturias, Andalucía, Cataluña, Madrid y País Vasco. Se espera que durante las próximas semanas se sumen a la convocatoria muchos países más, principalmente del Mediterráneo.

Tomado de http://www.artemisanoticias.com.ar/
Artemisa Noticias

24 de agosto de 2007

Denuncia de Fuerza de Mujeres Wayúu

NUEVAS AMENAZAS CONTRA LA SÜTSÜIN JIYEYU WAYÚU – FUERZA DE MUJERES WAYÚU

Las mujeres delegadas de organizaciones, comunidades y rancherías, que hacen parte de la "Sütsüin Jiyeyu Wayúu – Fuerza de Mujeres Wayúu", hacemos un llamado urgente de solidaridad a los pueblos indígenas del mundo, a las organizaciones de derechos humanos y, en general, a todos los actores interesados en la defensa y protección de los derechos de los pueblos indígenas, frente a los recientes hechos de amenazas directas proferidas contra lideres y liderezas de comunidades del pueblo Wayúu, quienes adelantan un proceso de denuncia en contra de acciones perpetradas por grupos armados al margen de la ley, particularmente paramilitares, tanto los de ayer como los que ahora se hacen llamar "Águilas Negras" y que continúan operando en La Guajira.
Este llamado lo hacemos con fundamento en los siguientes hechos, desencadenados a raíz de la participación de una delegación de veinticuatro (24) indígenas del pueblo Wayúu y de la "Sütsüin Jiyeyu Wayúu – Fuerza de Mujeres Wayúu", en el "Primer Encuentro de Víctimas Pertenecientes a Organizaciones Sociales", realizado en Bogotá, D.C., del 26 al 28 de julio de 2007.
HECHOS

1. El día domingo 29 de julio de 2007 LINEY CECILIA OSPINA BOSCÁN , lidereza del Cabildo Wayúu Nóüna de Campamento, la misma noche que regresaba de Bogotá, después de su participación en el "Encuentro Nacional de Víctimas Pertenecientes a Organizaciones Sociales". recibió telefónicamente una amenaza hacia las 11:00 P.M. Sobre el particular, un hombre con marcado acento cachaco y en todo agresivo le profirió, refiriéndose a su participación en el encuentro, una amenaza contra su integridad personal, advirtiéndole que sabia de sus movimientos en Bogotá y sobre las personas que estaban detrás de todo el proceso.

2. El día lunes 30 de julio del 2007, en la comunidad Wayúu de Wepiapaa, una de las viviendas que habitan desplazados Wayúu del Alto San Jorge, fue incendiada posiblemente con la finalidad de extender una conflagración que acabara con todas las viviendas de la comunidad. Este hecho criminal fue realizado por dos sujetos armados y sin identificar quienes huyeron en una moto con rumbo al corregimiento de Mingueo (Dibulla). De esta comunidad es originaria la lidereza ARELIS BEATRIZ OJEDA JAYARIYU, quien participo también en el "Encuentro Nacional de Victimas Pertenecientes a Organizaciones Sociales" y quien como parte activa del proceso de Sütsüin Jiyeyu Wayúu – Fuerza de Mujeres Wayúu ha venido denunciando la crítica situación de las familias Wayúu desplazadas en Wepiapaa.

3. Otras amenazas realizadas de manera soterrada acudiendo a extraños rumores y comentarios, han sido recibidas repetidas veces, desde su llegada de Bogotá, por DERIS PAZ DAZA, lidereza de una de las rancherías de Maicao y parte del proceso organizativo, quien habló duro y claro en el "Encuentro Nacional de Victimas Pertenecientes a Organizaciones Sociales" a nombre de la delegación del pueblo Wayúu. Los rumores que ha alcanzado a escuchar refieren que no debió haber viajado a Bogotá y la previenen sobre quedarse quieta frente a las acciones que se están llevando a cabo.

4. Las anteriores amenazas se suman las que desde hace varias semanas le han venido haciendo a KARMEN RAMÍREZ BOSCÁN, quien viene desempeñando un papel destacado en el proceso de documentación de casos y de visibilización de los crímenes cometidos contra los paramilitares y otros actores armados en contra de diversas comunidades del pueblo Wayúu, especialmente de la Media Guajira.

5. En otro contexto diferente, LEONOR VILORIA otra de las lideres que han venido cercanas al proceso y quien específicamente adelanta acciones de recuperación de tierras en la comunidad de Kauletamano, sobre la Troncal del Caribe en la vía que de Riohacha conduce a Santa Marta, desde el día sábado 28 de julio de 2007 ha sentido más directamente y más fuertes las amenazas contra su vida. En esta ocasión personalmente varios hombres armados le advirtieron que abandonara de inmediato el trabajo organizativo que adelanta.

6. Cabe anotar que estos hechos contra las liderezas Wayúu no son aislados y se han venido incrementando en los últimos días, sobre todo a partir de la visibilización nacional e internacional que han venido teniendo las demandas y propuestas de las víctimas y sobrevivientes Wayúu. Incluso se conoce que, desde mediados de abril de 2007, las "Águilas Negras" tienen una lista en la cual figuran varias liderezas y líderes Wayúu, con órdenes de llevar a cabo una "operación limpieza" de "sapos", todo ello con el propósito de amedrentar las voces de las víctimas y sobrevivientes Wayúu.

Ante los preocupantes hechos anteriormente expuestos, solicitamos lo siguiente:

1. El Gobierno Nacional debe garantizar acciones inmediatas, oportunas, adecuadas y concertadas con las comunidades del pueblo Wayúu concernidas, para determinar el tipo y alcances de la protección y seguridad que se le debe brindar a cada una de las liderezas y líderes Wayúu que han recibido amenazas serias contra sus vidas, así como a las comunidades y organizaciones de las cuales hacen parte.

2. El Gobierno Nacional se debe comprometer efectivamente, a través de las instituciones pertinentes, a adelantar en forma ágil y transparente todas las investigaciones que se requieran tanto para hallar a los responsables de las amenazas, como sobre los responsables materiales e intelectuales de todos los crímenes que se han cometido contra comunidades del pueblo Wayúu y que se han venido denunciando.


3. A las organizaciones de derechos humanos y a la opinión pública nacional e internacional, les hacemos un llamado fraternal para que no nos dejen solas en este proceso de consolidación de un movimiento de víctimas y sobrevivientes Wayúu y para que nos blinden con su acompañamiento permanente en el territorio.


Woumain, Maikou, Wajira,
[Maicao (La Guajira)], 2 de agosto de 2007

SÜTSÜIN JIYEYU WAYÚU – FUERZA DE MUJERES WAYÚU

14 de julio de 2007

Las mujeres, víctimas del conflicto armado en Colombia



La Ruta Pacífica de las Mujeres en Colombia considera que de algo que no se habla en el conflicto armado colombiano es sobre la cantidad de mujeres que son violentadas sexualmente por parte de todos los actores armados a través de violaciones, acoso, prostitución forzada, imposición de códigos de conducta, amenazas…

En un comunicado expresaron que las mujeres son de las víctimas más directas del conflicto armado colombiano. Sumado que son las mayormente desplazadas, la mayoría cabeza de familia, expuestas no sólo a estas limitaciones materiales, sino también a estar en permanente estado de indefensión, de miedo, de desprotección, de maltrato físico y psicológico, de dolor acumulado, sus cuerpos son considerados territorios a conquistar con el propósito de sembrar terror en las comunidades, vengarse de los adversarios, convirtiéndose así en “trofeos de guerra” a través de la violencia que se ejerce sobre ellas.

La Ruta Pacífica, una propuesta política feminista, de carácter nacional que trabaja por la tramitación negociada del conflicto armado en Colombia, y por la visibilizacion de los efectos de la guerra en la vida de las mujeres, asegura que las mujeres no denuncian estos hechos por miedo, por las amenazas que les hacen los responsables de estos hechos, por el estigma social que se tiene de una mujer violentada, estigma que viene acompañado de culpabilización, rechazo, vergüenza, deshonra y en muchos casos hasta puede llegar a violencia física.
Ellas consideran subrayan la urgencia de la denuncia porque y se tomen en cuenta estos hechos porque el cuerpo de las mujeres no es botín de guerra

Exigen protección para las mujeres, que el tema de la violencia sexual sea tomado en cuenta en los procesos de judicialización a victimarios que se llevan a cabo, que la sociedad en su conjunto se haga consciente de estos hechos para que este tema no siga quedando en el silencio.

5 de junio de 2007

A mi madre le decían loca

Max Destre*

A mi Madre le decían loca, pero no era loca, era profesora. Hablaba diferente. Decía: "Los ojos sirven para escuchar".

Yo tenía diez años de edad. Un niño no comprende el lenguaje vertical y pensaba que quizá mi madre era loca.
Cierta vez me armé de valor y le pregunté: ¿Con qué miramos?
Mi madre me respondió: "Con el corazón".

Cuando mi madre se levantaba de buen humor cantaba: "Hoy me he puesto mi vestido de veinte años". Yo sabía que no tenía veinte años y la miraba nada más. ¿Qué puede hacer un niño, sino escuchar?

Si mi madre estaba triste decía estar vestida de niebla.
" Hoy tengo ochenta años" -dijo-, cuando desaprobé un curso.
Al fin pude terminar la educación primaria. El día de la clausura llegó tarde. Se disculpó diciendo: "Hijito, me demoré porque estuve buscando mi vestido de Primera Comunión, ¿No ves mi vestido de Primera Comunión?". Miré a mi madre y no estaba vestida de Primera Comunión.

Después tuvo ese accidente fatal. Me llamó a su lado, cogió fuerte mis manos y dijo: "No tengas pena, la muerte no es para siempre".
Pensé: mi madre no se da cuenta de lo que habla. Si uno muere es para siempre. Era niño y no entendía sus palabras. Ahora tengo cincuenta años y recién comprendo sus enseñanzas.

Sí, Madre. Podemos tener 20 años y al día siguiente ochenta.

Todo depende de nuestro estado de ánimo.
Los ojos sirven para escuchar porque debemos mirar con atención a quien nos habla. Para conocer la realidad esencial de una persona, tenemos que mirarla con el corazón.
La muerte no es para siempre, sólo muere lo que se olvida y a mi madre la recuerdo porque la quiero.
Ahora -en sueños platicamos- nos reímos de su método de enseñanza.

Aprendí a mirar con el corazón.
Una noche me dijo:
"He notado que te molestas si tus amigos te dicen loco y eso no está bien. Es natural que el hijo de una loca sea loco".
Entonces -por primera vez- repliqué a mi madre y le dije: "Madre, te equivocas,
no siempre el hijo de una loca tiene que ser loco; a veces es poeta
".
Por eso puedo decir con orgullo: "A mi madre le decían loca, pero no era loca, era profesora.
Me enseñó a descubrir la vida después de la muerte".

*Abril de 1936 - Marzo de 1998 Destacado poeta, periodista cultural y conferencista peruano

25 de abril de 2007

Indígenas y campesinas por la dignidad de su trabajo





Inzá, al sur de Colombia, fue declarado el pasado 17 de abril en estado de alerta por la erupción del volcán nevado del Huila, fenómeno de la naturaleza que fue registrado por los medios de comunicación pero no el encuentro ni la marcha de sus mujeres. ¿Por el difícil acceso? Los helicópteros sobrevolaron la zona y la prensa estuvo en el lugar de los hechos.
Para llegar a inzá, pueblo con cerca e ocho mil habitantes, se puede salir desde Neiva o Popayán, ciudades capitales de los departamentos del Huila o Cauca y desde ambos sitios empieza el periplo que se compensa con la majestuosidad del paisaje y la calidez de su gente.
Las horas de viaje dependen del estado de las carreteras, si podemos darle ese nombre a los caminos que conducen al pueblo enclavado entre las montañas, esas moles que desde el centro de la plaza que alberga el mercado cada sábado, parece que pueden tocarse con sólo extender los brazos.
Y a Inzá llegaron mil quinientas mujeres campesinas e indígenas de Medellín, Bogotá, Popayán, de los resguardos; mujeres maestras, trabajadoras de la salud, de la Ruta pacífica, del Consejo Regional Indígena del Cauca; mujeres negras, blancas y mestizas; católicas y de otras creencias, llegaron para encontrarse y declararse “Mujeres en Junta por la dignidad de nuestro trabajo”.
La preparación de la jornada inició hace un año. De vereda en vereda más de treinta organizaciones intercambiaron experiencias sobre su realidad cotidiana y reflexionaron para dignificar su trabajo. Ellas abandonaron el 16 de abril sus cultivos, la cocina, dejaron a su prole al cuidado de otra persona, abandonaron el machete y apagaron los fogones para charlar, para continuar en su “Junta política organizativa”.
Muchas mujeres llegaron con sus bebés, no escatimaron esfuerzo ni se arredraron por el pésimo estado de las carreteras enlodadas por la lluvia, los derrumbes de piedras y tierra, por esa estrechez para que pasen los buses anchos, de colores, con muchas entradas y sin puertas que popularmente se denominan “Chivas”.
Descendieron de las chivas con sus trabajos artesanales, con los productos de la huerta, los tamales envueltos en hojas de plátano ahumadas, con sus cuadernos de apuntes, las denuncias y llamados, con su corazón puesto en la tierra que exigen para trabajar y la exigencia de aparecer en los títulos de propiedad junto a sus esposos.
En su manifiesto final expresaron que “nuestro trabajo es acción de resistencia. Cuando las cosechas de café se acaban, cuando ya no tenemos ni un peso en el bolsillo, entonces velamos para que las ollas siempre estén llenas; los sancochos que preparamos con los productos del huerto resisten el mercado global capitalista, a los tratados de libre comercio y a la explotación de las multinacionales; cuando el gobierno ya no contrata profesores para las escuelas, nos encargamos de educar y transmitir saberes a nuestros hijos e hijas; cuando nos niegan el derecho a la salud, ahí están nuestras manos, nuestros saberes de médicas tradicionales y parteras para cuidar y curar”.
Las asistentes marcharon por las calles del pueblo para recordar que la sociedad, la familia y sus parejas obstaculizan su trabajo comunitario porque dicen “no vale la pena”, que “son malas madres” y que las reuniones de mujeres “no sirven sino para chismosear”. Marcharon porque querían denunciar que se han enfrentado a malos tratos y a la violencia de sus compañeros.
Al paso de las mujeres y de algunos hombres que acompañaron la marcha, las niñas y niños, las maestras aplaudieron mientras que otros miraron con sorpresa la presencia de cuatro mujeres de la Ruta Pacífica que caminaron con los pechos desnudos pintados con diferentes colores y con denuncias escritas sobre la espalda, delante de ellas una inmensa suma de molas, trozos de coloridas tela con frases alusivas a las condiciones de las mujeres en Colombia.
Con la marcha y el encuentro las colombianas que gritaron consignas contra la guerra y por la paz, contra el cierre del hospital de Inzá y la pérdida de la soberanía alimentaria si Colombia firma el tratado de libre comercio con estados Unidos, llamaron la atención sobre su convencimiento para que sus trabajos sean reconocidos y valorados, y las labores de la crianza de los hijos e hijas sea responsabilidad de todos los seres humanos.
Las mujeres proclamaron su deseo de continuar trabajando en colectivo proponiendo acción política, cultivando solidaridad y respeto, dicho con la propiedad de sus palabras “Nos juntamos pa´charlar, Nos juntamos pa´cambiar, Nos juntamos pa´decidir”.
Al caer la tarde, ´las mujeres que se juntaron´ empezaron a salir nuevamente para sus lugares con el manifiesto firmado en sus manos para promoverlo en cada comunidad. Quedó el sabor de una necesidad: “continuar juntas”, así lo dijo Felisa, la mujer Mayor, así con mayúscula, del pueblo indígena Nasa.

























1 de marzo de 2007

Además del carné por puntos, hay otras formas para evitar accidentes de tráfico

Pilar López Díez
Experta en comunicación y género

La información del periódico es importante porque, a tres columnas, va en el centro de la página, aunque sea par, acompañada de una foto, también a tres columnas. El titular es muy emotivo: “El triste cumpleaños de Alina” y capta inmediatamente la atención, el subtítulo nos explica porqué: “Una de las fallecidas en el accidente de la M-607 de Madrid cumplía 27 años el día del siniestro”; el día de Año Nuevo, además.

Es una noticia de interés humano que desarrolla la simple noticia del día anterior en la que se informaba de que un coche, conducido por un joven rumano que parece que quiso cambiar el sentido de la marcha, produjo una colisión con un Mercedes que se incorporaba a la vía y, como consecuencia, tres personas perdieron la vida. La fatalidad del accidente deja claramente al descubierto que el conductor hizo una maniobra indebida y prohibida que causó no solo su muerte, sino también la de la mujer que le acompañaba, su esposa, y la de una hija de la mujer, de cuatro años. Al día siguiente el padre y uno de los tres hermanos de la mujer declaraban: “No sabemos qué ha pasado. Adelin (el conductor, de 20 años) era muy joven, tenía muy poca experiencia con el coche...”.

Esta noticia es similar a otras muchas en las que un hombre causa un accidente que supone la muerte de la mujer que le acompaña en el coche y a veces, de otros familiares. No es habitual que en los artículos de opinión se analice, desde la perspectiva de género, este tipo de accidentes nada fortuitos; todo lo contrario, son absolutamente predecibles y también previsibles: como el de aquel chico menor de edad que no tenía carné y su madre, que le acompañaba y murió en el accidente, le había dejado conducir su coche. Hace meses el humorista Forges denunciaba en el mismo periódico, en una de sus viñetas, el problema de los numerosísimos accidentes laborales que se producen diariamente y causan cientos de muertos a lo largo del año. Sin quitar la responsabilidad a las condiciones de trabajo, la denuncia del humorista, sin embargo, añadía el machismo como causa de los accidentes laborales. En los artículos de opinión y en los debates en la televisión o la radio sobre las causas de los accidentes de tráfico no es habitual que quienes intervienen enfoquen el machismo como una de las causas de este problema. Y sin embargo, esta variable es un ingrediente que está presente en muchas prácticas sociales, no sólo como motor principal de la violencia de género.

Es preciso dar a conocer y denunciar estos comportamientos de riesgo de algunos hombres cuando se ponen al volante. Seguramente es muy difícil convencerlos de lo peligroso que es para su vida y la de su familia la ideología que sustentan sobre su supuesta superioridad y capacidad al volante. De la misma forma que también es difícil aceptar la responsabilidad de las mujeres en dejar generalmente en manos del hombre el coche en el que van a viajar. Muy pocas mujeres exigen ponerse ellas al volante por múltiples razones, la más determinante es la oposición del varón a dejar conducir a la mujer cuando viaja en familia. Esta es una manifestación más de la ideología de la supremacía masculina. Muchos hombres no permiten que el coche que habitualmente conducen sea utilizado en un viaje familiar por la mujer; aducen generalmente que ella no tiene experiencia; es lógico, nunca permiten, incluso les prohíben tocar su coche; por tanto, si hay determinadas circunstancias que les incapacitan para llevar el coche familiar, siempre, aunque la familia entera corra peligro, el hombre va a seguir conduciendo aunque haya bebido, tenga sueño o cualquier otra circunstancia. Las razones del poder masculino son comprensibles pero, por su gran riesgo, inadmisibles; creen que son los que conducen bien; el mito, una vez más, funciona perfectamente; es mito todo aquello que se cree, de forma natural, que es verdad, aunque sea una verdad elaborada que parece normal porque siempre ha sido así. Los hombres son quienes primero han conducido todo tipo de vehículos; hoy, en pleno siglo XXI siguen creyendo, con esa supuesta superioridad que tantas desgracias acarrea, que son mejores conductores que las mujeres. Los datos estadísticos, sin embargo, les quita la razón y ya se conocen: Las compañías de seguros son quienes mejor saben que, estadísticamente, una mujer causa menos accidentes que un hombre (en Europa, de cada cinco retiradas del carné de conducir, cuatro son a hombres), por eso sus cuotas del seguro son más baratas que las de los hombres; pero la mayoría rechazará este argumento. Por definición, y porque sí, serán ellos los que cojan el volante del coche: del suyo propio y del que no lo es.

Pregunten en una reunión de chicas jóvenes si tienen coche; muchas de ellas les dirán que sí; pregúntenles después si tienen pareja masculina, muchas de ellas contestarán afirmativamente; pregúnteles seguidamente quién conduce cuando viajan en su coche: una gran mayoría les dirán que ellos. Cuando les pregunten porqué si el coche es suyo dejan que ellos lo conduzcan oirán todo tipo de razones, ninguna razonable: porque ellos tienen más experiencia (no sería así si desde el primer día fueran ellas las que condujeran su propio coche, también cuando van acompañadas); porque ellos no viajan si no son ellos los que conducen, y porque a ellas, al final, les da igual. Cualquiera de estas razones pone de manifiesto las relaciones desiguales que existen, todavía hoy, entre mujeres y hombres y la benevolencia con la que las mujeres valoran las conductas de riesgo que les pueden afectar también a ellas, dado que, muchas mujeres han tenido alguna vez en la vida la experiencia de viajar con un conductor varón que ha puesto en peligro su vida con maniobras inadecuadas, velocidad excesiva, o excesiva confianza en sí mismo, en las condiciones atmosféricas o en las de la carretera; conductas temerarias ancladas en comportamientos machistas, cuando menos inconscientes, sin que ni siquiera, muchas veces, a ella se le haya permitido protestar (situación que ella acata, no vaya a ser que se enfade más y termine estrellando el coche contra una mediana).

El tipo de varón que no permite que la mujer que le acompaña conduzca está instalado en todas las edades, en todos los niveles de formación, en todas las razas, de cualquier origen y clase social. Estos comportamientos podrían empezar a modificarse si, habitualmente, los medios de comunicación informasen de los accidentes y conductas temerarias con datos desagregados por sexo –como sólo hicieron al comienzo de la entrada en vigor del carné por puntos, en julio pasado-, como exigen las leyes; sería mucho más fácil que la sociedad se concienciara sobre la conveniencia, también, de que hombres y mujeres compartan la responsabilidad a la hora de conducir el coche familiar. Generalmente, sólo cuando el comportamiento inadecuado y peligroso es de una conductora dan a conocer el sexo de la persona; mientras que los comportamientos habituales peligrosos de los hombres se esconden tras el genérico masculino que distribuye equitativamente la responsabilidad entre mujeres y hombres: “Los controles de alcoholemia ‘cazan’ cada día en España a 235 conductores ebrios”.

La sociedad tiene derecho a saber si son hombres o mujeres esas 235 personas que ponen en peligro su vida y la de quienes les rodean. Una de las preguntas que se le hizo al asturiano que iba a 260 kilómetros por hora, en el juicio en el que se le condenó por exceso de velocidad, fue si había pedido autorización al pasajero que le acompañaba para alcanzar esa velocidad. El encausado contestó que no, y el juez determinó que no sólo había puesto en peligro su vida sino también la de su acompañante, y le condenó. Seguramente esa información ha llegado a muy pocas mujeres; sería la forma de entender que también como pasajeras del coche familiar en el que viajan tienen derechos que deben exigir.

5 de febrero de 2007

Derecho a la participación ciudadana para el fortalecimiento de la sociedad civil

Ángela Botero

A primera vista pareciera que esto no tiene nada que ver con el tema que venimos tratando sobre los derechos en salud sexual y reproductiva, pero tiene que ver y mucho. ¿Saben por qué?, la respuesta es tan simple como compleja ya que gira en torno al empoderamiento de los y las ciudadanas para reclamar, denunciar y exigir una mejor y más amplia atención a sus necesidades básicas desde las políticas públicas.

La dimensión política de los derechos sexuales y reproductivos

Se refiere al poder de cada persona para tomar decisiones informadas y responsables sobre su propia fertilidad, capacidad reproductiva, cuidado y crianza de los hijos e hijas, salud reproductiva y actividad sexual, así como la disponibilidad de recursos para poder llevar a la práctica sus decisiones de manera segura, efectiva y sin discriminaciones. La vulneración de estos derechos tiene que ser denunciada ante las instancias destinadas a prestar estos servicios.

Casos que con frecuencia reclaman las mujeres

Una mujer de 34 años va con su esposo al centro medico porque se les ha roto el preservativo, por lo tanto requieren la Anticoncepción de Emergencia y en urgencias les dicen que ellos no dan la receta, que no es una emergencia, entonces piden cita con el medico/a de cabecera que también se niega a atender esa necesidad, entonces, ¿para qué están?, preguntan las mujeres y parejas que viven esta negación, algunas ponen hojas de reclamación que esperamos sirvan para algo, pues no hay centros específicos de Planificación Familiar. En la actualidad sólo hay servicios destinados a jóvenes que tienen como objetivo atender a menores de 26 años haciendo énfasis en la prevención y en la educación, con lo cual las mujeres y parejas mayores se sienten mal al tener que acudir a un servicio que no está destinado para ellos: “llevo toda la vida pagando mi seguridad social, nunca he ido al medico y para una vez que necesito la atención me dicen que no, por eso les he puesto una hoja de reclamación”. Ahora bien expongo este caso como podría exponer otros, pues es repetitivo y vergonzoso que hagan pasar a las personas por este tramite absurdo que deben atender los proveedores de salud.

Denunciar estos casos de no atención o de maltrato en la atención es asegurar la participación de la sociedad civil en la mejora y cumplimiento de las obligaciones contraídas con los y las usuarias de los servicios de salud.

La Federación Estatal de Planificación busca incidir en el cumplimiento de los compromiso que España a contraído ante las Convenciones Internacionales de Naciones Unidas y con ello busca los siguientes objetivos:

• Incidir en las políticas públicas que garanticen el pleno ejercicio de estos derechos sin discriminación de ningún tipo.
• Promover y participar en la capacitación de recursos humanos sobre estas temáticas incorporando la perspectiva de género al igual que el concpeto de la interculturalidad.