30 de noviembre de 2006

Octavo derecho sobre salud reproductiva y sexual

Ángela Botero

El octavo Derecho viene a decirnos que “tenemos derecho a la atención y a la protección de la salud incluido el aborto”
Todas las personas tienen derecho a servicios completos de atención a la salud, accesos a todos los métodos de regulación de la fertilidad, aborto seguro, prevención, diagnóstico y tratamiento de infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA.

Los seres humanos fallamos frente a la pasión, nos enfrentamos al deseo y nos entregamos a la satisfacción del impulso sexual para el que, las más de las veces, no estamos preparados, por eso, aunque pensemos que hoy no, que no me voy a enrollar con nadie, que a mí eso no me pasa y por eso no cargo preservativos, es decir que por negarnos la posibilidad de un encuentro sexual nos negamos a llevar preservativos y después, en el momento de la pasión cedemos, nos entregamos y ahí las consecuencias directas ya que “pareja que no previene, vive más problemas que orgasmos”.

Qué raro que siendo el embarazo y las infecciones de transmisión sexual tan fáciles de ocurrir, estemos tan mal en temas de prevención y de atención.”. Si el embarazo, el aborto, el parto y la maternidad y la paternidad son tan importantes y trascendentales para la sociedad, entonces, ¿por qué se llega en circunstancias tan imprevistas, tan volátiles y tan circunstanciales?

Pareciera que a estas alturas del siglo XXI ya hubiésemos resuelto el gran dilema/problema, de separar acto sexual de la concepción. Pero sigue pasando, pues ni las mujeres, ni mucho menos, los hombres están preparados para la contracepción.

No es posible que por una “enrollaita /follaita/pichaita” se engendre una vida, por eso, las personas necesitan libertad para amarse sexualmente, lo cual conlleva a la libertad para planificar, para informarse verazmente y para poner fin a situaciones que le afectan su vida, su economía, su salud y su libertad. Por eso el aborto es un derecho del que tenemos que hablar y que tenemos que hacer respetar ya que es un Derecho Humano que puede prevenir situaciones de riesgo y vulnerabilidad de las mujeres. No es posible aceptar que una niña de 14 años en su primera relación se quede embarazada sin tan siquiera haber disfrutado de lo que es la sexualidad como acto creativo. Ella en pleno siglo XXI ha seguido el mandato católico que siempre quiso y sigue queriendo ligar sexualidad a coitalidad y de esta la procreación. Es decir la maternidad aunque el “susodicho padre” niegue el fruto de esa “esporádica relación”

Reseña de un caso


“Yo tengo el dispositivo y me quedé en embarazo, cuando fui al medico de cabecera me quitó el Dispositivo Intrauterino –DIU- y me dio la enhorabuena y yo salí llorando sin poderle decir que era en mala hora ya que no podía, no quería, por eso me había puesta esa “T de Cobre” que tanto molesta, ¿por qué, en lugar de ayudarme a salir de esto, me felicita?

La atención y protección de la salud tiene que ser integral y eficaz ya que tiene que responder a las necesidades reales y concretas de las personas. No podemos aceptar ni el mal trato, ni las mentiras, ni las objeciones de conciencia que tienen efectos muy negativos en las mujeres que buscando una salida a su problema se encuentra con médicos que las acusan y las hacen sentir culpables por un embarazo no planeado, una enfermedad de transmisión sexual, ... con el consecuente riesgo que entraña la búsqueda de salidas caseras, pociones mágicas o medicamentos fuertes que ponen en peligro no sólo la vida sino la salud de las mujeres.